APLICACIÓN A LA BIBLIA
Todo lo que acabamos de decir tiene consecuencias muy
importantes para el estudio de las religiones en general, para la misma
comprensión del mensaje cristiano en la Biblia así como para lo que en nuestra
civilización cristiana llamamos Evangelización.
Respecto a la Biblia hay
que tener en cuenta que es un libro, una serie de libros, que tienen como autor
a Dios y al hombre. Dios comunica su verdad al hombre por medio de un intermediario que
actúa como tal sin ningún tipo de limitación: con su personalidad, su cultura,
intenciones... la autoría divina no anula al hombre o autor humano.
Cuando yo entro en contacto con la Biblia entro, por
consiguiente, en contacto con un libro
como los demás al que incluso hay que aplicarle, al ser un libro antiguo y de
lengua y cultura diferentes, las reglas de la crítica histórica y literaria.
Después de aplicarle todas estas reglas me encontraré con la palabra de su
autor, que expresa, de una manera personalizada y culturalizada, su fe. Si yo me quedara con la expresión literal
de la Biblia estaría escuchando al autor humano, por lo que es necesario
despersonalizar y desculturalizar este lenguaje para encontrarme con la palabra
de Dios comunicada al autor humano.
Por eso podemos decir que
en la Biblia se encuentra la Palabra de Dios en cuanto que Dios nos habla por
medio de ella, pero no es la palabra de Dios, y uno
puede leer y conocer perfectamente la Biblia y no encontrase con la palabra de
Dios.
Vamos a detenernos a
continuación en los escritos que la Iglesia ha admitido desde el principio como inspirados por Dios y que contienen la revelación o palabra de Dios aplicados a dos momentos
históricos fundamentales en la historia del Cristianismo:
El tiempo de Jesús de Nazaret o aquellos libros del Nuevo Testamento que nos hablan
de una manera especial de su vida y su mensaje como son los Evangelios.
El tiempo de la Iglesia primitiva o
de aquellos otros libros del Nuevo Testamento que partiendo de Jesús y su mensaje
se dirigen a las comunidades cristianas que van naciendo.
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